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Geopolítica y el tablero económico mundial

Geopolítica y el tablero económico mundial

29/10/2025
Giovanni Medeiros
Geopolítica y el tablero económico mundial

En 2025, el panorama global se redefine con fuerzas económicas y geopolíticas que tensionan alianzas, redes de suministro y el rumbo del desarrollo sostenible. En este artículo exploramos cómo convergen las proyecciones de crecimiento, la competencia entre potencias y las nuevas formas de cooperación, para ofrecer un marco de referencia práctico y esperanzador.

Las cifras y tendencias aquí presentadas proporcionan una visión amplia y detallada, pero también señalan oportunidades concretas para actores públicos y privados, así como para la sociedad civil.

Crecimiento económico global y proyecciones

Los organismos internacionales coinciden en que el crecimiento económico global se desacelerará en los próximos años. Se prevé una expansión del Producto Interno Bruto mundial del 3,2% en 2025, moderándose al 3,1% en 2026. Algunas estimaciones incluso apuntan a cifras más reducidas, entre el 2,3% y 2,4%, lo que refleja la incertidumbre en los pronósticos macroeconómicos y el impacto de choques externos.

En las economías avanzadas se espera un ritmo de crecimiento contenido, alrededor del 1,4% y 1,5%, mientras que las economías emergentes podrían situarse justo por encima del 4%, impulsadas por Brasil, India y varias naciones del Sudeste Asiático.

Estos datos muestran disparidades importantes y subrayan la necesidad de estrategias diferenciadas, adaptadas a los contextos locales y al grado de exposición internacional.

Rivalidad geopolítica y grandes bloques

La pugna entre Estados Unidos, China y la Unión Europea va más allá del comercio, abarcando tecnología, recursos críticos y presencia estratégica en regiones clave. Competencia entre grandes potencias como Estados Unidos y China redefine alianzas y redes de influencia en África, América Latina y el Sudeste Asiático.

El debate sobre una transición hacia un mundo multipolar con nuevos actores se intensifica: India, Brasil, Rusia y Sudáfrica adquieren protagonismo dentro y fuera del grupo BRICS, cuestionando la supremacía tradicional de Occidente.

Al mismo tiempo, el resurgimiento de bloques regionales y un multilateralismo selectivo ponen en evidencia la necesidad de reformas profundas en organismos como la ONU y la OMC.

Fragmentación comercial y proteccionismo

La búsqueda de seguridad en las cadenas de suministro ha dado lugar a políticas de “reshoring” y “friendshoring”, donde los países priorizan la proximidad y la confianza sobre la eficiencia de costes.

  • Reshoring de industrias tecnológicas y farmacéuticas.
  • Friendshoring con socios diplomáticos y militares.
  • Aumento de barreras arancelarias y no arancelarias.

En este contexto, la fragmentación del comercio global impacta negativamente en la inversión extranjera directa y en la diversificación de mercados.

Las tasas arancelarias han alcanzado niveles no vistos en décadas, lo que obliga a empresas y gobiernos a replantear sus estrategias de integración y mitigación de riesgos.

Efectos económicos: inflación, deuda y mercados

La moderación de la inflación se proyecta para 2025, pero con variaciones considerables entre regiones. En Estados Unidos podría mantenerse por encima del 3%, mientras que otros países del G20 apuntan a un descenso por debajo del 3%.

La deuda pública elevada limita inversión y constriñe el espacio fiscal de los gobiernos que buscan sostener programas sociales o invertir en infraestructura estratégica.

Los mercados financieros siguen mostrando volatilidad, con correcciones bruscas ante noticias de tensiones comerciales o cambios inesperados en políticas monetarias.

Estos factores hacen imprescindible contar con estrategias de gestión de riesgo diversificadas que incluyan cobertura de divisas, seguros de crédito y reservas de liquidez.

Transición energética y recursos críticos

La urgencia climática acelera las inversiones en energías renovables, pero también enfrenta enormes desafíos operativos y logísticos. La necesidad de sistemas de almacenamiento avanzados y redes inteligentes exige cooperación público-privada sin precedentes.

La competencia por minerales estratégicos como el litio, cobalto y níquel define nuevos ejes de poder. Los países con reservas significativas de estos recursos ganan influencia y se convierten en socios codiciados.

La la transición energética y la sostenibilidad requieren marcos normativos sólidos y mecanismos de financiación innovadores para no depender exclusivamente de subvenciones estatales.

Riesgos sistémicos y oportunidades sectoriales

Existen al menos nueve riesgos globales que amenazan con alterar el ritmo de la recuperación y el crecimiento:

  • Aumento de deuda y presión fiscal.
  • Inflación persistente en economías avanzadas.
  • Interrupciones en cadenas de suministro críticas.
  • Volatilidad en precios de energía y materias primas.
  • Tensiones comerciales y políticas proteccionistas.
  • Conflictos internacionales y riesgos de seguridad.
  • Presión migratoria y retos en seguridad alimentaria.
  • Transiciones políticas y cambios de gobierno.
  • Impactos climáticos extremos y desastres naturales.

A pesar de estos desafíos, los sectores ligados a innovación energética y la digitalización siguen mostrando robustez, con oportunidades de inversión en redes inteligentes, biotecnología y movilidad eléctrica.

Regiones como Asia Oriental podrían crecer hasta un 5,2% en subregiones específicas, mientras que partes de África presentan nuevas ventanas para proyectos de infraestructura y agroindustria.

El futuro del multilateralismo y conclusiones

La evolución geopolítica y económica hacia un sistema más fragmentado obliga a repensar el futuro del multilateralismo y la cooperación. Los bloques regionales, los acuerdos sectoriales y las alianzas ad hoc ganan protagonismo.

Para los responsables de políticas públicas, inversores y líderes de opinión, el reto consiste en equilibrar la búsqueda de seguridad y autonomía con la necesidad de mantener una apertura estratégica suficiente.

En definitiva, navegar el tablero económico mundial de 2025 exige una visión estratégica de largo plazo, resiliencia institucional y la capacidad de adaptarse a escenarios complejos. Solo así se podrá transformar la competencia y los riesgos en oportunidades de crecimiento justo y sostenible para todos.

Referencias

Giovanni Medeiros

Sobre el Autor: Giovanni Medeiros

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